Glucógeno: Origen y Almacenamiento

Nicolás Mauro

El glucógeno es la forma principal en que nuestro cuerpo almacena los carbohidratos ingeridos a través de la alimentación para su uso posterior como energía. Bioquímicamente, el glucógeno es un polisacárido compuesto por cadenas ramificadas de glucosa, una hexosa de seis carbonos. Estas cadenas se asemejan estructuralmente a un árbol de glucosa, donde la síntesis del glucógeno es catalizada por la enzima glucógeno sintasa, presente en dos formas principales: una en el músculo (MGS) y otra en el hígado (LGS).

Almacenamiento Muscular:

Las fibras musculares son el principal depósito de glucógeno, pudiendo almacenar entre 400 y 600 gramos. Dentro del músculo, las fibras tipo 2a y 2x, conocidas como fibras blancas, poseen la mayor capacidad de almacenamiento. La cantidad de glucógeno almacenada en el músculo depende de varios factores, incluyendo la masa muscular, la eficiencia metabólica para captar glucosa y la ingesta de carbohidratos en la dieta. Este glucógeno se ubica en distintos compartimentos dentro de la célula muscular, incluyendo las zonas subsarcolemal, intramiofibrilar e intermiofibrilar. Es crucial para proporcionar energía casi inmediata durante ejercicios de mediana a alta intensidad, durando hasta aproximadamente dos horas.

Almacenamiento Hepático:

El hígado es el segundo mayor sitio de almacenamiento de glucógeno, conteniendo aproximadamente el 20% del total del glucógeno corporal, lo que equivale a 80-100 gramos. El glucógeno hepático juega un rol vital en la regulación de los niveles de glucosa en sangre, especialmente entre comidas, ayudando a mantener la homeostasis glucémica.

Otros Sitios de Almacenamiento:

Además de en el músculo y el hígado, el glucógeno también se almacena en menores cantidades en órganos como el cerebro, los riñones, el músculo liso y el corazón. En estos sitios, aunque las cantidades son pequeñas, el glucógeno contribuye a la energía celular esencial para el funcionamiento de estos órganos.

En resumen, el glucógeno almacenado en el músculo sirve de combustible para las contracciones musculares, mientras que el depositado en el hígado es crucial para mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Aunque su función principal es energética, el glucógeno también participa en diversas funciones metabólicas adicionales, que se explorarán en futuros artículos. Este conocimiento nos proporciona una comprensión más profunda de este vital depósito energético y su rol en el metabolismo corporal.

Para más contenido de valor haz click aquí.

error: Content is protected !!
X